Buenos Aires late historia en cada esquina. Desde 1776, cuando fue capital del Virreinato del Río de la Plata, la ciudad se volvió epicentro de procesos políticos y culturales que moldearon la región. Aquí prendió la chispa de la Revolución de Mayo (1810) y se consolidaron símbolos de identidad nacional como el Cabildo, la Plaza de Mayo, la Catedral Metropolitana, la Casa Rosada y el Obelisco. En estos monumentos —y en hitos como la Manzana de las Luces, el Teatro Colón y el Cementerio de la Recoleta— se narra un pasado que aún dialoga con el presente. Caminar el Microcentro es recorrer páginas vivas de la historia argentina, entre edificios emblemáticos y museos que resguardan memoria y patrimonio.